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viernes, 30 de septiembre de 2011

CRÍTICA : WILCO - THE WHOLE LOVE


PUNTUACIÓN (sobre 10) - 7,7

Escuchar lo nuevo de Wilco sin haber escuchado/visto/leído un sinfín de opiniones se hace hoy en día prácticamente imposible debido al status que ha alcanzado la banda. Porque los de Chicago tras publicar consecutivamente un disco sobresaliente como Summerteeth y dos clásicos como Yankee Hotel Foxtrot y A Ghost Is Born, tres albums que mostraban a un grupo que tras coronarse como uno de los más importantes del alt-country, evolucionaba con excelentes tratados de pop en el primero, de art-pop insuperable en el segundo, para después girar y mezclar todo lo anterior a la manera de una perfecta banda de rock en el tercero, se convirtieron, con toda justicia, en uno de los grupos más importantes de la pasada década y consagró a Jeff Tweedy como uno de los mayores talentos musicales de los últimos años. Esto conllevó un aumento de popularidad (sin pasarse, que escuchar a algún super-indie hablar de música comercial es una estupidez supina) que han mantenido con sus dos anteriores trabajos y que provoca, como ya hemos dicho otras veces, un exceso de comentarios y una prisa por enjuiciar que dejan en el aire muchas ideas y opiniones, unas acertadas, pero otras muchas muy equivocadas y sin fundamento. La saturación que esto provoca, nos hace a veces confundirnos a la hora de disfrutar (o no) un nuevo álbum, por eso la primera parte de la crítica la dedicaremos a lo importante, el disco , escuchado en calma y con perfecta calidad, la segunda la dejaremos para esas cosas que después nos ha sorprendido (o no) oír/ver/leer.
Wilco estrenan compañía propia(dBpm) con este The Whole Love , algo que para ellos debe de suponer un paso liberador y para celebrarlo su nuevo álbum es una amalgama de todo lo que han hecho hasta ahora, repasando todas las caras que el grupo ha mostrado a lo largo de su excelente carrera. Por eso The Whole Love suena autorreferencial (algo que ya sucedía en Sky Blue Sky y Wilco(The Album)), porque suenen a Wilco haciendo que todas sus influencias queden aquí claramente reflejadas pero bajo ese sonido personal e intransferible que la banda ha alcanzado. Quizá lo único ligeramente novedoso lo encontramos en los temas de apertura y cierre, "Art Of Almost" nos muestra a los Wilco más experimentales, cercanos a como los hemos disfrutado antes pero aquí mezclando una primera parte con bases electrónicas cercanas a Radiohead con un apoteósico final rockero a mayor gloria de ese maestro de la guitarra que es Nils Cline, una genialidad que se contrapone a "One Sunday Morning", donde Jeff Tweedy libera sin ataduras a ese cantautor americano clásico que siempre ha llevado dentro, para a la manera de Neil Young o Bob Dylan, dejarnos 12 maravillosos minutos de una tonada guiada por una preciosa melodía repetitiva de acústica y piano que ligeramente va creciendo en intensidad. La vibrante "I Might" nos muestra la vertiente mas divertida de Yankee Hotel Foxtrot, "Sunloathe" nos trae la influencia cada vez más presente de los Beatles, aquí acertando con un delicioso cambio de ritmo en la parte final, "Dawn On Me" nos trae todo lo mejor del pop contagioso de Summerteeth, "Black Moon" tema intimista que en principio parece cortar el excelente ritmo que a esas alturas lleva el disco, va creciendo con cada escucha mientras que "Born Alone" con sus irresistibles guitarras nos recuerda la frescura de los temas más acelerados de Being There y cierra una primera parte del álbum sobresaliente. La segunda parte no consigue mantener el nivel tan alto, principalmente por su principio ya que "Open Mind" es un medio tiempo al estilo A.M., que no consigue destacar y "Capitol City" es un nuevo acercamiento a los Beatles que intenta mostrarse juguetona pero se hace monótona y simple, "Standing O" nos eleva de nuevo, mezclando la aceleración guitarrera del "I´m A Wheel" de A Ghost Is Born con los tics del mejor glam rock de T.Rex, después "Rising Red Lung" vuelve al intimismo folk rock mientras "Whole Love" se convierte en un tema contagioso con las escuchas, que hará que no pares de repetir su titulo. Para los más fans la edición de lujo trae un cd extra con cuatro temas, una gran versión del guitarrero "I Love My Label" de Nick Lowe, un medio tiempo lleno de punteos con "Message from Mid-Bar", el estupendo instrumental "Speak Into The Rose" que hará las delicias de quienes disfrutan con el final de "Art Of Almost" y una versión alternativa de "Black Moon" que no aporta nada.
Es este un trabajo que sigue la senda que han marcado desde que la actual formación permanece junta, pero que supera a sus dos predecesores, pues el conjunto es muy equilibrado y muestra una luminosidad recuperada, quizás no encontremos temas del calado de "Impossible Germany", pero tiene unos cuantos que puestos en manos de una de las mejores bandas en directo del mundo, van a volver locos a los que tengamos la suerte de disfrutarlos en vivo. No dudamos que el disco anda unos peldaños por debajo de sus obras magnas, pero la calidad de la banda es tal, que con subir algo el nivel como han hecho, les llega para firmar uno de los mejores discos del año. Además se les ve ilusionados ante la nueva etapa con compañía propia, así que confiamos en que sus nuevos trabajos continuen creciendo y los llevan a donde ya han demostrado que pueden llegar.
Hablando ahora de los comentarios que ha traído el octavo trabajo en estudio de Wilco y a pesar de estar recibiendo una buena acogida general, no son pocos los fans del grupo que dicen sentirse algo decepcionados, pero esto no nos sorprende pues son una banda que tuvo a muchos de sus primeros fans en contra cuando giraron del alt country a un pop rock más experimental, igual que los que se enamoraron de ellos en la década pasada parece que se les hacen cortos los logros de sus últimos albums y comentan que parecen acomodados, se entiende que ambos grupos tienen razón en sus quejas, pero mientras, los fans de todas sus caras disfrutando este álbum como enanos. Hay quien les crítica, no sin cierta razón, que su ramalazo Beatles no da para más, aunque "Sunloathe" hace dudar. Hay sitios que critican la duración del álbum por excesiva, pero son 56 minutos (el tonti pop bailarín de discos amarrados a los cuarenta minutos escasos, esta haciendo estragos en ciertos medios musicales), y casi todos proclaman "One Sunday Morning" una preciosa canción pero demasiado larga, pero es justo eso lo que la hace especial, de verdad no me imagino a ningún crítico hace cuarenta y tantos años diciendo que Bob Dylan debería haber acortado la duración de "Desolation Row" o Neil Young la de "Cowgirl In The Sand". Para finalizar, hay ciertos medios de moda que puntúan poco el álbum (precisamente ellos que regalan ochos y nueves a cualquier iluminado con un teclado) y lo hacen siempre recurriendo a la comparación con Yankee Hotel Foxtrot, algunos medios lo soban tanto para criticarlos, que parece más bien que quieren que se arrepientan de haberlo publicado, pero si tu eres fan, seguro no te importará pues aún menos puntuaron al imprescindible A Ghost Is Born. Ya lo decíamos, se comentan muchas cosas cuando Wilco publica algo nuevo, mientras ellos siguen sacando grandes (o grandísimos) discos, y ya van ocho.

viernes, 23 de septiembre de 2011

CRÍTICA : ST. VINCENT - STRANGE MERCY


PUNTUACIÓN (sobre 10) - 8,0

Vamos a hacer una crítica corta para el tercer disco de Annie Clark como St. Vincent, tras su paso por la banda de acompañamiento de Sufjan Stevens y de formar parte de esa especie de comuna musical que es The Polyphonic Spree en su tercer álbum. La crítica será corta porque lo cierto, es que lo que hace de este Strange Mercy un estupendo trabajo, es sencillo de explicar. Tan sencillo de explicar como complicado de conseguir. Lo nuevo de St. Vincent logra mezclar un pop con ligeras bases electrónicas, de ese que muchas divas de las listas de ventas se dedican a arruinar, con algún acercamiento a grandes nombres femeninos del pop y el rock, diferenciándolo y destacándolo de otras artistas similares, con su excelente trabajo en la búsqueda de originalidad en cada canción, llevando la instrumentación un paso más allá, para sorprendernos en cada tema. Mención aparte merecen sus guitarras, totalmente influenciadas por algún grande del rock sinfónico y progresivo, quizá herencia de su paso por The Polyphonic Spree, y que son las que llevan el peso en esa parte más original de cada tema. Todo esto acompañado de unas letras que podrían ser serie negra femenina y a veces feminista.
En las canciones de Strange Mercy no es difícil encontrar esa base de pop de tinte electrónico, es además evidente en algún tema la influencia de artistas como Kate Bush en la delicada "Champagne Year", de P.J. Harvey en la magnífica "Northern Lights" o de Bjork en la inicial "Chloe In The Afternoon". Pero también es cierto que ya desde ese estupendo tema inicial se aprecia la importancia que las seis cuerdas van a tener en el álbum, una importancia que alcanza su máximo cuando beben directamente de Robert Fripp y de sus guitarras sinfónicas,progresivas y experimentales tanto de discos de King Crimson como de su extensa carrera posterior. Es en temas como "Surgeon" o "Dilettante" donde apreciamos lo conseguido que esta ese acercamiento al rock sinfónico con unas guitarras que relanzan las canciones llenándolas de variaciones rítmicas, siendo el mejor ejemplo la inigualable "Neutered Fruit", donde también aparecen unos teclados que acaban por convertirla en un tema completamente sinfónico-progresivo. Todos los temas buscan esa vuelta de tuerca más, para hacerlos diferentes, algunos se exceden un poco y no consiguen cuajar del todo, como el single "Cruel" o la excesiva "Hysterical Strength", pero en contraposición otros menos rebuscados triunfan, como la arrolladora balada "Cheerleader" , la titular "Strange Mercy" o la final "Year Of The Tiger". Las bases pop, la importancia de las guitarras e incluso la influencia del rock sinfónico nos hacen recordar Bitte Orca de Dirty Projectors, que como aquí, también conseguían estupendos temas pop completos y variados rítmicamente.
Suponemos que habrá muchos a los que les cueste dar una oportunidad a St. Vincent, por que no comulgan con ese tipo de pop o porque le espantan las referencias a rock sinfónico, pero incluso a ellos les recomendamos este Strange Mercy, porque es una clara demostración de lo que se puede llegar a hacer con talento para al contrario de otros muchos, intentar engrandecer un estilo.

lunes, 19 de septiembre de 2011

CRÍTICA : GIRLS - FATHER, SON, HOLY GHOST


PUNTUACIÓN (sobre 10) - 8,5

Creo sinceramente que aunque su estreno en 2.009 con Album, pudo recordar en algo a un hype de esos que tanto abundan en las revistas y sitios más cools de aquí y de allá, sobre todo por pelotazos como la irresistible "Lust For Life" o la arrolladora "Morning Light", aquel debut nos mostraba bien a las claras que Girls eran algo diferente, un dúo (ahora se acompañan de tres músicos más) repleto de influencias clásicas, excelentemente actualizadas por las composiciones del líder Christopher Owens y por la instrumentación de Chet "JR" White. Todo se corroboró con la edición de su Broken Dreams Ep el pasado año y ahora con este Father, Son, Holy Ghost , se confirman como uno de los grupos de más talento del momento. Y lo hacen, como no, de una manera diferente a como muchos los esperaban, porque aunque los tres primeros temas puedan engañar, este es un álbum de baladas y medios tiempos, con innumerables influencias de pop y rock clásico de los 50, 60, 70 y algo más, con unas letras aun más desgarradoras que en sus anteriores entregas, llenas de desilusiones, remordimientos, vacíos existenciales ... no sabemos si tiene que ver, pero puede que la muy comentada infancia de Owens en la secta Childrens Of God, que lo hizo permanecer años aislado del mundo exterior, marque muchas de ellas, sobre todo en las que tratan sobre la relación con su madre.
No es sencillo hablar de todos los referentes que recorren el disco, seguro que nos dejaremos muchos en el tintero, porque la riqueza musical es densa, haciendo que durante todo el minutaje tengamos la sensación de escuchar algo familiar y que cada vez descubramos algo nuevo, conservando, eso sí, lo que ya nos ofrecieron antes como esa cercanía a Elvis Costello y su manera de rememorar a los más clásicos del pop y el rock. El inicio del cd es la parte más rítmica, empezando con "Honey Bunny" tema de aires surferos con estribillo pegadizo, que hace difícil no nombrar a Brian Wilson , a continuación "Alex" nos descubre a Owens cantando como Elliott Smith en un tema de pop de guitarras del de toda la vida, dando un excelente resultado y demostrando ya la importancia que van a tener las guitarras y sus solos en este segundo largo. Cierran esta primera parte más rápida, sorprendiéndonos con "Die" tema de hard rock setentero que emparenta directamente con Deep Purple en su parte cantada y se queda a medio camino de la épica folk de alguna balada de Led Zeppelin y del punto progresivo de Uriah Heep en su instrumental segunda mitad. "Saying I Love You" cambia el ritmo y retrocede hasta los años 50, para recordarnos baladas de Buddy Holly, Roy Orbison o incluso las mas melosas de los Everly Brothers, porque Girls no se han cortado a la hora de aplicar azúcar y aún así, bajo las enseñanzas de Elvis Costello, increíblemente consiguen que el tema funcione tras la contundencia de "Die". La desgarradora "My Ma" es un baladón setentero que se acerca a George Harrison mezclado a una lenta de T. Rex, con unos preciosos teclados y coros que elevan la intensidad para introducirnos en los arrolladores mas de seis minutos del single "Vomit", que empieza con reminiscencias de Pink Floyd, continua con una parte central de pura balada rock de los setenta llena de acertadas guitarras que acaba mezclándose con un coro final que recuerda mucho al de "The Great Gig In The Sky" del Dark Side Of The Moon, para que todo unido a la desgarrada interpretación de Owens nos den uno de las canciones del año. "Just A Song" es otro tema largo, que empieza con un solo de guitarra española que descoloca para dar paso a una dulce balada acústica que a mitad de tema cambia de tercio para acercarse a los Pink Floyd de Atom From Heart Mother y posteriormente soltarnos un final que suena a los Carpenters (más azúcar) de manera clara. En "Magic" vuelven a retroceder en el tiempo con un tema que recuerda de nuevo a solistas que ya hemos nombrado, pero aquí a la manera de los Beatles más desenfadados, acertando a relajar la intensidad emotiva que en esta parte lleva el disco. En los casi ocho minutos de "Forgiveness", Owens se queda a medio camino entre John Lennon y algún cantautor acústico, para en la parte final hacer explotar el tema con un solo de guitarra memorable, que recuerda a los de algunos temas de Wilco en A Ghost Is Born. "Love Like A River" aparca directamente en los años 50 y nos trae una balada de Fats Domino remasterizada, mientras "Jamie Marie" despide el trabajo con un preciosista ritmo lento, que se acelera con la entrada de un estupendo teclado en su parte final.
Todas las influencias que hemos nombrado (y todas las que se nos han olvidado), pueden hacernos pensar en una feroz crítica de todas esas revistas y sitios que los encumbraron, pues durante años han venido destrozando grupos que se han dejado caer por el hard rock setentero, por el rock sinfónico, por el soft pop... pero de momento esta siendo todo lo contrario, y es que quizá lo que realmente sorprende de este segundo largo de Girls, es la perfección compositiva y de producción con las que se acercan a cada estilo, sin aportar nada nuevo es cierto, pero redondeando los temas de cada uno de ellos, dejando que sean nuestros gustos más cercanos a un estilo u otro, los que nos hagan elegir nuestros temas favoritos del álbum.
Podemos entender que los de San Francisco perderán algún fan con este trabajo, aquellos que apreciaban la parte más inmediata de Album, pero nosotros no podemos dejar de recomendarlo e igualar nuestra mejor nota hasta la fecha, pues este es un disco que no hace más que confirmar a Girls como un grupo único y a este 2.011 como uno de los mejores años musicales de los últimos tiempos, muy por encima del anterior y eso que aún nos queda para terminarlo (ojo que la próxima crítica tambien es de un discazo). Toda esta bonanza ha hecho que los que rodeamos disconcierto ya estemos discutiendo si este es el disco del año o es el de The War On Drugs, con alguno que aún apuesta por el de Artic Monkeys, Bon Iver o PJ Harvey ... y que felices estamos.

martes, 13 de septiembre de 2011

CRÍTICA : CYMBALS EAT GUITARS - LENSES ALIEN


PUNTUACIÓN (sobre 10) - 7,3

Los de Staten Island vuelven dos años después de sorprendernos con Why There Are Mountains?, excelente debut autoeditado para unos chicos que apenas alcanzaban los 20 años, con un segundo esfuerzo que a pesar de contar con un productor de renombre como John Agnello, continua con las mismas señas de identidad y no abandona el espíritu libre e independiente que recorría su primer trabajo. Se confirman Cymbals Eat Guitars como una alternativa ( diferente, muy válida y con enorme futuro) a los grupos que últimamente llegan triunfantes desde New York.
Musicalmente los referentes de Cymbals Eat Guitars son claros, desde el principio nos encontramos con los magníficos Built To Spill y Modest Mouse como su máxima influencia, acercándose también a mitos como Pavement, Sebadoh y en menor medida a Dinosaur Jr. cuando las guitarras se aceleran. A todo esto añade el grupo liderado por Joseph D´Agostino una manera de componer que busca siempre continuas piruetas rítmicas, con subidas, bajadas y varias canciones dentro de una misma canción, todo enrevensando las melodías y huyendo de la facilidad e inmediatez, con un puntito de psicodelia de aires setenteros. Otros hablan también de influencias como la Velvet Underground y Lou Reed o Weezer, pero eso son coyunturas diferentes, como que el nombre del grupo esta sacado de una frase de Reed describiendo el sonido de la Velvet o de que el grupo interpretará algunos temas de Weezer en sus inicios.
Todos sus referentes aparecen en este Lenses Alien desde la inicial "Rifle Eyesight (Proper Name)" tema de mas de ocho minutos y medio que comienza mostrando las guitarras de Built To Spill, después la fuerza rítmica de Modest Mouse y encuentra también espacio para enrevesarlo todo con partes instrumentales llenas d. A continuación CEG nos muestran todo su arsenal de melodías guitarreras, empezando por "Shore Points", una pequeña montaña rusa, que aunque estilísticamente tiene poco que ver, por la forma en que esta construida y cantada, recuerda los inigualables temas rápidos y teatralizados que Peter Gabriel ideó para The Lamb Lies Down On Brodway, continuando con "Keep Me Waiting" el tema más ortodoxo del álbum, quizá el único que te atrapa desde la primera escucha. "Plainclothes", y la estupendas "Definitive Darkness" y "Another Tunguska" se mantienen algo más accesibles que los dos primeros temas, rebajando el ritmo, pero sin dejar de buscarles las vueltas. La parte final del álbum comienza con "The Current" donde vuelve el ligero toque setentero que también tenía el tema inicial y "Plainclothes" llena una vez más de piruetas a medio tiempo. Los dos últimos temas recuperan la fuerza del principio del álbum, en "Secret Family" mostrándose mas duros que nunca y en "Gary Condit" donde empiezan con un ritmo lento, para acabar de nuevo con esas guitarras contundentes que tanto deben a los grupos que tienen como referencia.
Aunque reconocemos que este es un disco ligeramente inferior a su debut, y que el grupo no ha conseguido de momento un sonido personal que consiga que sus influencias no se noten tanto, hay que dejar claro se han quedado cerca de su primer trabajo y que sus esfuerzos por no sonar evidentes pronto les acercarán a un sonido más propio. Lo que nos dejan claro de nuevo es que si eres de los que gusta de aquel Indie Rock de los noventa y no te espantan las piruetas rítmicas, disfrutarás una barbaridad con sus álbums, y con su insultante juventud esperemos que por muchos años.