
PUNTUACIÓN (sobre 10) - 8,3
For Emma, Forever Ago fue para mi una de las más agradables sorpresas musicales de los últimos años, no solo el mejor disco del año, sino también entre lo mejor de la pasada década, folk de emoción inigualable a través de una guitarra y un falsete. Y sin embargo el segundo largo de Bon Iver despertaba en mi más incertidumbre que cualquier otra cosa. El hecho de que su debut fuera consecuencia de una situación personal concreta de Justin Vernon (líder único de la banda aunque ahora se acompañe de sus amigos Matt McCaugham y Sean Carey), que se aisló en una cabaña en las montañas de Wisconsin, durante cuatro meses de helado invierno, tras una ruptura sentimental, durante los cuales compuso y grabo los temas, me hacía dudar de si los logros podrían volver a alcanzarse en una situación más típica, y aunque el ep Blood Bank despejaba algo las dudas, la crisis artística que confesaba Vernon para componer este segundo álbum, no prometía nada bueno. Al saber que para grabar había contado con un numeroso grupo de músicos de lujo, me desconcertó un poco, pero todo se disipó con el adelanto de "Calgary" y con la posterior llegada del material completo. Evolucionando sin perder la esencia, Bon Iver presenta un segundo disco de producción cuidada, instrumentación amplia y excelentes arreglos, que por momentos incluso se aleja del folk para entrar de lleno en el pop, y todo sin perder la intensidad emotiva de su debut. Adiós a la incertidumbre con otro excelente trabajo, y además sin repetirse.
El nuevo sonido que acompaña a Vernon lo apreciamos desde el primer lugar (todos los temas se se titulan como alguno) al que nos acerca, "Perth", desde ya uno de los temas del año, guitarras eléctricas, vientos y arrolladora percusión acompañando el falsete y la deliciosa melodía marca de la casa. "Minnesotta, Wi" mezcla un estribillo de acústicas y falsete, con estrofas de pop sin falsete, fantástica la que arranca tras el primer estribillo acelerando y recordando mucho al genio Peter Gabriel (que incluyó "Flume" en su disco de covers del pasado año). "Holocene" y "Towers" continúan con el sonido denso, aunque aquí con un tono más de acuerdo a su primer álbum, y ambas se muestran espléndidas, la primera con una guitarra acústica mil veces escuchada antes, pero que te conduce como en una nube por los cerca de seis minutos que dura y la segunda con más ritmo y un bonito cambio digno de lo mejor de Fleet Foxes. Tras el magnífico arranque, "Michicant" la canción más parecida a las de su debut y "Hinnom, Tx" que amenaza al comienzo a pop ochentero comercial, aunque después lo arregla con unos pegadizos juegos de voces, bajan ligeramente el nivel respecto a los cuatro primeros temas. Después "Wash" delicado tema al piano digno del mejor Antony, vuelve a elevar el tono, que recupera su máximo con "Calgary", la otra gran joya del disco, una canción de pop preciosista con espíritu folk pastoral y un ritmo irresistible, sin duda otro de los temas del año desde ya mismo. Para el final del disco encontramos "Lisbon, Oh" un pequeño y bonito instrumental que ganaría si no fuera el preludio de "Beth /Rest" el gran error del álbum, donde no sabemos si es que realmente le va el pop plástico y prefabricado puramente ochentero o es que de nuevo intentaba acercarse a Peter Gabriel , pega un resbalón y cae en su reverso tenebroso, su parásito comercial Phil Collins (me sigue resultando increíble la incultura musical de los que mezclan el estilo de Gabriel y Collins solo porque coincidieran en Genesis, genial grupo cuando Gabriel lo lideraba, AOR desesperante cuando Collins se hizo cargo, por no hablar de la diferencia abismal de sus carreras en solitario), pero lo cierto es que el tema es un pegote de cliches horribles, producción plástico puro, piano y guitarras al estilo Bruce Hornsby mezclados con un saxo de juguete que recuerda a Kenny G, una horrible manera de terminar y que lo priva de conseguir algo tan difícil como es mantener un alto nivel durante todo el minutaje.
Bon Iver esta un peldaño por debajo de For Emma, Forever Ago, porque no alcanza (aunque se queda cerca) las cotas de emoción que provocaba aquel y por su desacertado final, aun así las revistas/sitios musicales más cools del momento lo valorarán por encima, dado su acercamiento al pop, y la mayor afinidad que les provocará esto. Lo innegable es que este es de nuevo un trabajo excelente, que sera de lo mejor de este año, sino lo mejor, y además sorprende, confirmando a Justin Vernon como uno de los mayores talentos del momento, con lo cual no queda más que disfrutarlo y esperar ansioso su siguiente álbum sin incertidumbre alguna ..., a no ser que esté lleno de baladas plasti-pop ochentero. Uf.
For Emma, Forever Ago fue para mi una de las más agradables sorpresas musicales de los últimos años, no solo el mejor disco del año, sino también entre lo mejor de la pasada década, folk de emoción inigualable a través de una guitarra y un falsete. Y sin embargo el segundo largo de Bon Iver despertaba en mi más incertidumbre que cualquier otra cosa. El hecho de que su debut fuera consecuencia de una situación personal concreta de Justin Vernon (líder único de la banda aunque ahora se acompañe de sus amigos Matt McCaugham y Sean Carey), que se aisló en una cabaña en las montañas de Wisconsin, durante cuatro meses de helado invierno, tras una ruptura sentimental, durante los cuales compuso y grabo los temas, me hacía dudar de si los logros podrían volver a alcanzarse en una situación más típica, y aunque el ep Blood Bank despejaba algo las dudas, la crisis artística que confesaba Vernon para componer este segundo álbum, no prometía nada bueno. Al saber que para grabar había contado con un numeroso grupo de músicos de lujo, me desconcertó un poco, pero todo se disipó con el adelanto de "Calgary" y con la posterior llegada del material completo. Evolucionando sin perder la esencia, Bon Iver presenta un segundo disco de producción cuidada, instrumentación amplia y excelentes arreglos, que por momentos incluso se aleja del folk para entrar de lleno en el pop, y todo sin perder la intensidad emotiva de su debut. Adiós a la incertidumbre con otro excelente trabajo, y además sin repetirse.
El nuevo sonido que acompaña a Vernon lo apreciamos desde el primer lugar (todos los temas se se titulan como alguno) al que nos acerca, "Perth", desde ya uno de los temas del año, guitarras eléctricas, vientos y arrolladora percusión acompañando el falsete y la deliciosa melodía marca de la casa. "Minnesotta, Wi" mezcla un estribillo de acústicas y falsete, con estrofas de pop sin falsete, fantástica la que arranca tras el primer estribillo acelerando y recordando mucho al genio Peter Gabriel (que incluyó "Flume" en su disco de covers del pasado año). "Holocene" y "Towers" continúan con el sonido denso, aunque aquí con un tono más de acuerdo a su primer álbum, y ambas se muestran espléndidas, la primera con una guitarra acústica mil veces escuchada antes, pero que te conduce como en una nube por los cerca de seis minutos que dura y la segunda con más ritmo y un bonito cambio digno de lo mejor de Fleet Foxes. Tras el magnífico arranque, "Michicant" la canción más parecida a las de su debut y "Hinnom, Tx" que amenaza al comienzo a pop ochentero comercial, aunque después lo arregla con unos pegadizos juegos de voces, bajan ligeramente el nivel respecto a los cuatro primeros temas. Después "Wash" delicado tema al piano digno del mejor Antony, vuelve a elevar el tono, que recupera su máximo con "Calgary", la otra gran joya del disco, una canción de pop preciosista con espíritu folk pastoral y un ritmo irresistible, sin duda otro de los temas del año desde ya mismo. Para el final del disco encontramos "Lisbon, Oh" un pequeño y bonito instrumental que ganaría si no fuera el preludio de "Beth /Rest" el gran error del álbum, donde no sabemos si es que realmente le va el pop plástico y prefabricado puramente ochentero o es que de nuevo intentaba acercarse a Peter Gabriel , pega un resbalón y cae en su reverso tenebroso, su parásito comercial Phil Collins (me sigue resultando increíble la incultura musical de los que mezclan el estilo de Gabriel y Collins solo porque coincidieran en Genesis, genial grupo cuando Gabriel lo lideraba, AOR desesperante cuando Collins se hizo cargo, por no hablar de la diferencia abismal de sus carreras en solitario), pero lo cierto es que el tema es un pegote de cliches horribles, producción plástico puro, piano y guitarras al estilo Bruce Hornsby mezclados con un saxo de juguete que recuerda a Kenny G, una horrible manera de terminar y que lo priva de conseguir algo tan difícil como es mantener un alto nivel durante todo el minutaje.
Bon Iver esta un peldaño por debajo de For Emma, Forever Ago, porque no alcanza (aunque se queda cerca) las cotas de emoción que provocaba aquel y por su desacertado final, aun así las revistas/sitios musicales más cools del momento lo valorarán por encima, dado su acercamiento al pop, y la mayor afinidad que les provocará esto. Lo innegable es que este es de nuevo un trabajo excelente, que sera de lo mejor de este año, sino lo mejor, y además sorprende, confirmando a Justin Vernon como uno de los mayores talentos del momento, con lo cual no queda más que disfrutarlo y esperar ansioso su siguiente álbum sin incertidumbre alguna ..., a no ser que esté lleno de baladas plasti-pop ochentero. Uf.