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martes, 28 de junio de 2011

CRÍTICA : BON IVER - BON IVER


PUNTUACIÓN (sobre 10) - 8,3

For Emma, Forever Ago fue para mi una de las más agradables sorpresas musicales de los últimos años, no solo el mejor disco del año, sino también entre lo mejor de la pasada década, folk de emoción inigualable a través de una guitarra y un falsete. Y sin embargo el segundo largo de Bon Iver despertaba en mi más incertidumbre que cualquier otra cosa. El hecho de que su debut fuera consecuencia de una situación personal concreta de Justin Vernon (líder único de la banda aunque ahora se acompañe de sus amigos Matt McCaugham y Sean Carey), que se aisló en una cabaña en las montañas de Wisconsin, durante cuatro meses de helado invierno, tras una ruptura sentimental, durante los cuales compuso y grabo los temas, me hacía dudar de si los logros podrían volver a alcanzarse en una situación más típica, y aunque el ep Blood Bank despejaba algo las dudas, la crisis artística que confesaba Vernon para componer este segundo álbum, no prometía nada bueno. Al saber que para grabar había contado con un numeroso grupo de músicos de lujo, me desconcertó un poco, pero todo se disipó con el adelanto de "Calgary" y con la posterior llegada del material completo. Evolucionando sin perder la esencia, Bon Iver presenta un segundo disco de producción cuidada, instrumentación amplia y excelentes arreglos, que por momentos incluso se aleja del folk para entrar de lleno en el pop, y todo sin perder la intensidad emotiva de su debut. Adiós a la incertidumbre con otro excelente trabajo, y además sin repetirse.
El nuevo sonido que acompaña a Vernon lo apreciamos desde el primer lugar (todos los temas se se titulan como alguno) al que nos acerca, "Perth", desde ya uno de los temas del año, guitarras eléctricas, vientos y arrolladora percusión acompañando el falsete y la deliciosa melodía marca de la casa. "Minnesotta, Wi" mezcla un estribillo de acústicas y falsete, con estrofas de pop sin falsete, fantástica la que arranca tras el primer estribillo acelerando y recordando mucho al genio Peter Gabriel (que incluyó "Flume" en su disco de covers del pasado año). "Holocene" y "Towers" continúan con el sonido denso, aunque aquí con un tono más de acuerdo a su primer álbum, y ambas se muestran espléndidas, la primera con una guitarra acústica mil veces escuchada antes, pero que te conduce como en una nube por los cerca de seis minutos que dura y la segunda con más ritmo y un bonito cambio digno de lo mejor de Fleet Foxes. Tras el magnífico arranque, "Michicant" la canción más parecida a las de su debut y "Hinnom, Tx" que amenaza al comienzo a pop ochentero comercial, aunque después lo arregla con unos pegadizos juegos de voces, bajan ligeramente el nivel respecto a los cuatro primeros temas. Después "Wash" delicado tema al piano digno del mejor Antony, vuelve a elevar el tono, que recupera su máximo con "Calgary", la otra gran joya del disco, una canción de pop preciosista con espíritu folk pastoral y un ritmo irresistible, sin duda otro de los temas del año desde ya mismo. Para el final del disco encontramos "Lisbon, Oh" un pequeño y bonito instrumental que ganaría si no fuera el preludio de "Beth /Rest" el gran error del álbum, donde no sabemos si es que realmente le va el pop plástico y prefabricado puramente ochentero o es que de nuevo intentaba acercarse a Peter Gabriel , pega un resbalón y cae en su reverso tenebroso, su parásito comercial Phil Collins (me sigue resultando increíble la incultura musical de los que mezclan el estilo de Gabriel y Collins solo porque coincidieran en Genesis, genial grupo cuando Gabriel lo lideraba, AOR desesperante cuando Collins se hizo cargo, por no hablar de la diferencia abismal de sus carreras en solitario), pero lo cierto es que el tema es un pegote de cliches horribles, producción plástico puro, piano y guitarras al estilo Bruce Hornsby mezclados con un saxo de juguete que recuerda a Kenny G, una horrible manera de terminar y que lo priva de conseguir algo tan difícil como es mantener un alto nivel durante todo el minutaje.
Bon Iver esta un peldaño por debajo de For Emma, Forever Ago, porque no alcanza (aunque se queda cerca) las cotas de emoción que provocaba aquel y por su desacertado final, aun así las revistas/sitios musicales más cools del momento lo valorarán por encima, dado su acercamiento al pop, y la mayor afinidad que les provocará esto. Lo innegable es que este es de nuevo un trabajo excelente, que sera de lo mejor de este año, sino lo mejor, y además sorprende, confirmando a Justin Vernon como uno de los mayores talentos del momento, con lo cual no queda más que disfrutarlo y esperar ansioso su siguiente álbum sin incertidumbre alguna ..., a no ser que esté lleno de baladas plasti-pop ochentero. Uf.

lunes, 20 de junio de 2011

CRÍTICA : ARCTIC MONKEYS - SUCK IT AND SEE


PUNTUACIÓN (sobre 10) - 8,3

Hace seis años Wahtever People Say I Am, Thats What I´m Not, el debut de Arctic Monkeys se convirtió en uno de los mayores hypes de la historia, éxito desmesurado para unos recién llegados, que sirviéndose de Internet se dieron a conocer desde la nada y a base de hitazos llenos de guitarras y euforia juvenil, rompieron el mercado. Esto creo cierto recelo entre alguna prensa especializada que aún hoy perdura y que provoca que no se permitan dar grandes notas a sus trabajos, ni al primero, superado en algunos sitios por innumerables discos en aquel 2.006, a pesar de lo cual todos lo incluyen después en sus listas de lo mejor de la década. Tampoco el claro y progresivo alejamiento del estilo que les valió aquel éxito hacia sonidos mucho menos explosivos e inmediatos, les ha valido para que cierta prensa (americana sobre todo) olvide el recelo inicial. Una evolución esta que sin embargo sí les ha costado el alejamiento de muchos fans iniciales, desilusionados con la rebaja de adrenalina que ha ido suponiendo cada paso del grupo, aunque los monos siguen contando sus trabajos como éxitos comerciales.
Para este Suck It And See, Alex Turner y los suyos anunciaban un balance de lo que habían hecho hasta ahora, y a fe que es eso, pero también algo más. Porque aquí encontraremos el descaro guitarrero del primer álbum (poco), ese mismo descaro con guitarras más cuidadas y sin estribillos alejándose de la inmediatez que supuso su segundo, Favourite Worst Nightmare, y la entrada en un sonido mucho más duro y pesado de la mano del gran Josh Homme del tercero, Humbug. Pero no se quedan ahí y Alex Turner incluye la querencia por el pop clásico que destilaba su proyecto paralelo con su amigo Miles Kane, The Last Shadows Puppets, donde se acercaba al pop británico de los sesenta, a Scott Walker y a David Bowie. Es esa mezcla entre el tercer largo de la banda y el disco de The Last Shadow Puppets (guitarras afiladas y melodías de pop clásico), con algún toque de sus primeros albums, lo que marca el camino de este variado trabajo, impensable hace solo seis años, cuando nos hartábamos de berrear con temas como I Bet You Look On The Dancefloor.
Empieza el disco dejando claro la mezcla de la que hablábamos con la inicial "She´s Thundertoms" y la logradísima "Black Treacle", después "Brick By Brick" y la genial "Don´t Sit Down ´Cause I´ve Move Your Chair" nos meten de lleno en el sonido a lo QOTSA que iniciaron en Humbug y para compensar entre ambas sitúan la irresistiblemente pop "The Hellcat Spangled Shalalala". En la mitad del Cd encontramos el pelotazo "Library Pictures", un tema fiero que recuerda totalmente a sus inicios y "All My Own Stunts" que a un ritmo más lento, también nos acerca con sus guitarras a aquellos chicos adrenalínicos de Sheffield y se convierte con las escuchas en otra de las muchas joyas del lote. A continuación tres temas lentos nos introducen de lleno en un pop elegante deudor de grandes del género, son "Reckless Serenade" con sus maravillosos coros finales, la tremenda "Piledriver Waltz", que era una de las seis bonitas baladas con las que Alex Turner colaboró en la BSO de "Submarine", aquí mejorada con una acertada instrumentación, y la romántica "Love Is A Laserquest", las tres canciones que van creciendo con cada escucha y se acaban pegando a tu cerebro sin remisión. Aún quedan sorpresas para el final, empezando por la titular "Suck It And See" que de nuevo eleva el ritmo con un pop luminoso y contagioso, y cerrando con "That´s Where You´re Wrong" que empieza con ese entrelazado rítmico de bajo y batería que sacuden con guitarrazos que van tomando protagonismo hasta que al llegar el alucinante estribillo ya no lo puedo negar, esta suena como el primero de los Stone Roses, y lo hace bien, palabras mayores para cerrar de forma magnífica un magnífico disco.
Se puede comprender que los fans de su debut se sientan decepcionados con el camino que ha tomado la banda y que añoren los pildorazos de rock inminente que facturaban , se puede incluso aceptar que cierta prensa no consiga olvidar sus recelos aunque no sean más que prejuicios, pero lo cierto es que llevan cuatro discos (cinco con el de The Last Shadows Puppets) que no bajan del notable y con este acercándose al sobresaliente. Si tú no tienes prejuicios y disfrutas de la música de manera amplia, sin encorsetarte en exceso con los estilos, prepárate para disfrutar. Ojalá que lo superen muchos , pero de momento, lo mejor de lo que va de año junto con P.J. Harvey.

miércoles, 15 de junio de 2011

CRÍTICA : DEATH CAB FOR CUTIE - CODES AND KEYS


PUNTUACIÓN (sobre 10) - 6,9

Son Death Cab For Cutie un ejemplo de grupo, que con un par de discos han perdido el status de reyes del indie que la prensa les concedió en la mitad de la década pasada (caso aún más exagerado es el de Tv On The Radio cuyo último trabajo ha pasado casi desapercibido en los sitios y revistas musicales más cools después de dos trabajos sobresalientes, que los habían encumbrado a todas sus listas de lo mejor de ... ). A pesar de que estas caídas suelen empezar por una perdida de calidad en las bandas, también son reflejo de lo acelerado que sigue siendo el mundillo musical hoy en día, a pesar de que algunos crean que la época de la adoración del hype ha pasado. Los de Washington publican su séptimo largo con algo de recelo por parte de la prensa que, con la publicación de sus dos primeros álbums los elevó a promesas del indie americano, para que tras el excelente The Photo Album, con Transatlanticism en el año 2.003 les diera la corona y concediera a Ben Gibbard, que ese mismo año publicaba con The Postal Service el también magnífico Give Up, el titulo de tótem del indie exitoso del momento. Hoy, tras haber fichado por una grande, haber aparecido en series y películas de éxito y haber publicado el algo infravalorado Plans y su disco mas errado Narrow Stairs, que llego a ser numero uno de ventas en su país, lo nuevo de DCFC es esperado con pocas expectativas para un grupo que no hace tanto firmaba obras magnas de la pasada década.
Lo cierto es que Codes And Keys no devolverá a Gibbard, Walla y demás a la primera linea, no porque sea un mal disco, que ni mucho menos lo es , sino porque ahora necesitarían un álbum a la altura de sus mejores obras para conseguirlo y este no es el caso. No lo es porque este es un trabajo demasiado evidente, demasiado evidente a la hora de intentar repetir la formula de sus discos mas exitosos, y aunque por momentos parece conseguirlo nunca llega a alcanzarlo del todo. Aún así Codes And Keys merece la pena por volver a hacernos disfrutar de ese toque emo, de esa innata calidad en las melodías y en la instrumentación, y de la maravillosa voz de Gibbard. Cuando en "Doors Unlocked And Open", tras un inicio discreto, irrrumpen todos los instrumentos y la voz se muestra en todo su esplendor, recordamos que son unos genios, en "Codes and Keys" nos pasa algo parecido y en "St. Peter´s Cathedral" y "Unobstructed Views" nos atrapan a pesar de excederse en la búsqueda de la magia épica de "Transatlanticism". Es en los temas rápidos donde más encontramos esa evidencia de buscar los hits que poblaban anteriores trabajos, así la inicial "Home Is A Fire", el single "You´re A Tourist" o "Monday Morning" a pesar de tener algunas de sus mejores virtudes, se revelan como temas demasiado facilones para una banda de su potencial, y son "Some Boys" y "Underneath The Sycamore" las que se muestran más acertadas. Completan el álbum dos temas más sencillos de lo habitual, que crecen con las escuchas son la optimista "Portable Television" y "Stay Young, Go Dancing" que despide el lote con un aire folkie.
Es pues Codes And Keys un paso adelante tras Narrow Stairs, un disco en el que recuperan la esencia de sus anteriores álbums, pero no es un paso definitivo necesita un par de pasos más en la dirección correcta. Los que no hace mucho disfrutamos tanto con ellos que nos parece inaguantable que en los últimos seis años solo hubieran publicado un largo, deseamos que esa confirmación llegue en su próximo trabajo, y que llegue pronto.

miércoles, 8 de junio de 2011

CRÍTICA : MY MORNING JACKET - CIRCUITAL


PUNTUACIÓN (sobre 10) - 7,3

A estas alturas esta claro que MMJ son una de las bandas más personales del rock americano de los últimos años. Cuando comenzaron su carrera, sin embargo no era fácil de imaginar, sus dos primeros trabajos, The Tennesse Fire y At Down, estaban claramente marcados por la figura de Neil Young, tanto en la música como en la forma de cantar de Jim James, líder absoluto de la banda. Aun así consiguieron hacerse un nombre entre los grupos de americana de principios de siglo gracias a que esos dos discos, sobre todo el segundo, conseguían mirar al genio canadiense sin palidecer y eso ya es algo al alcance de muy pocos. Pero fue con la publicación de su tercer largo, It Still Moves, cuando apreciamos que Jim James y los suyos estaban capacitados para algo más, sin perder de vista sus raíces empezaron a aprovechar sonidos y métodos de producción modernos para crearse un sonido. La introducción de teclados, sonidos y voz más atmosfericos y unos bajos de lujo convertían este álbum en la primera joya de su discografía. Dos años después Z supuso su consagración absoluta, con todo lo acertado de su anterior disco, firman un trabajo de inspiradísimo rock clásico de sonido actual. Dos discos sobresalientes no aplacaron las ganas de seguir renovando su sonido, y su quinto Evil Urges supuso la incorporación de sonidos negros como el soul y el funk. De producción algo excesiva y con unos temas menos acertados supone su primer tropiezo y lo mejor del álbum son los pocos temas que calcan sus anteriores discos. Tras este bajón, muchas eran las especulaciones sobre una vuelta a las raíces en este sexto largo, pero como empezábamos diciendo, MMJ con Jim James a la cabeza son un grupo con gran personalidad, inquietos y con unas enormes ganas de conseguir un gran sonido propio, así que no han ido por ahí los tiros.
Para este Circuital MMJ han grabado en un gimnasio de su pueblo natal, tocando juntos intentando capturar el espíritu de sus magníficos directos . No lo han conseguido por completo, puede que sea por el ritmo algo monótono y lento del álbum, con un exceso de medios tiempos y lentas en sus partes inicial y final. En cuestiones estilísticas han juntado todo lo que habían hecho hasta ahora y como siempre le han añadido elementos nuevos como algún tema desnudo con James luciendo su excelente voz cual crooner clásico ó un toque soleado a los aires soul que iniciaron en "Evil Urges".
El disco comienza con "Victory Dance" un medio tiempo algo pesado de aires progresivos que aunque mejora con las escuchas nos llena de dudas en principio, dudas que despeja de golpe la genial "Circuital" tema de siete minutos que mezcla lo mejor de sus dos mejores trabajos y que por si sola ya merece la pena todo un álbum. Esa genialidad hace que se perdone la siguiente "The Day Is Coming" tema de Soul blando-ochentero, que perfectamente podría formar parte de un recopilatorio AOR de esos años. La olvidamos pronto, cuando suenan la voz y guitarra de "Wonderful (The Way I Feel)" donde se despojan de ornamentos con una preciosa canción típica de cantautor americano de los sesenta-setenta. "Outta My System" recupera la instrumentación mas cargada del inicio pero aquí de manera más acertada al elevar el ritmo y prepararnos para los dos temas más rápidos del disco, primero la espectacular "Holdin´ On The Black Metal" (sí, se parece demasiado, sobre todo el inicio, a ese tema de pop Tailandes de Kwan Jai & Kwan Jit Sriprajany que podéis comparar en la web) un batiburrillo de teclados, coros y guitarras estilo Jam, y después "First Light" una maravilla de rock clásico, que une una melodía Beatles con una guitarra y batería puro Led Zeppelin y finaliza con unos estupendos vientos para firmar otro de los momentos álgidos del disco. A continuación "You Wanna Freak Out" nos acerca a un pop soleado que aunque no consigue mantener el nivel de sus predecesoras vuelve a lucir unas excelentes cuerdas y nos introduce en la parte final donde reducen drasticamente el ritmo. Empiezan con una "Slow Slow Tune" canción de espíritu crooner donde Jim James luce voz grave y la guitarra solista dispara de nuevo el nivel a lo más alto, y terminan con "Movin´ Away" tema de soft rock setentero que a pesar de que mejora algo con el piano de su tramo final, despide el disco de forma poco acertada.
Es pues Circuital un trabajo notable , aunque esta lejos de sus mejores obras, y supone un paso adelante después de las dudas que genero Evil Urges. Además confirma que siempre podemos contar con su intento por evolucionar con su sonido y, a pesar de que muchos querrían que se dedicaran a intentar repetir Z, eso es lo que más nos gusta de ellos.