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lunes, 31 de octubre de 2011

WILCO EN VIGO : CAMBIO DE RECINTO


El concierto de Wilco el próximo 4 de Noviembre en Vigo cambia de lugar, se traslada del Pabellón Das Travesas al Auditorio Mar De Vigo, según a dado a conocer la organización (si se puede llamar así) con una nota en su Facebook. It Happened In ... Vigo que ha sido el nombre con el que se ha bautizado el espectáculo, anuncia su apertura de puertas a partir de las 19:30 horas, sin más información sobre la hora de actuación del telonero Jonathan Wilson y de Wilco.
Aclarado este nos gustaría comentar que la organización (por llamarlo algo) de este evento esta siendo vergonzosa. Faltando pocos días para el concierto no hay ninguna información en su Web y solo un escueto comentario en su muro de Facebook (que muchos no usamos) informa del cambio de recinto. Wilco han agotado el papel en Barcelona, Madrid y San Sebastian con aforos muy superiores a las 2.500 entradas que se pretendían despachar para As Travesas. Dado el cambio al Auditorio Mar De Vigo con aforo para 1.400 personas y al saber que aún quedan localidades, no queda más que relacionar una horrenda organización con nula promoción e inexistente información, con el fracaso en la venta de localidades de uno de los grupos más importantes del mundo que viene además con nuevo disco bajo el brazo. El cambio de recinto además trae consigo el que las localidades serán de asiento, algo no del gusto de todos, más si tenemos en cuenta que así se les pudo ver en su hasta ahora única actuación en Galicia en Santiago. Deja a mayores la duda de que asiento ocuparás, pues las entradas no son numeradas y dada la nula información de horarios más allá de esas 19:30 de apertura de puertas y siendo día laborable, pues dependerá de la suerte el sitio que cada uno obtenga, aunque sin duda la calidad del sonido saldrá muy beneficiada.
Este que se planteaba sin duda como uno de los conciertos del año en Galicia, ha empezado apuntando al fracaso por una paupérrima gestión, esperemos que la calidad del grupo acabe arreglándolo todo.

EDITO 03-11-2.011 - POR FIN SE CONOCEN LOS HORARIOS:

APERTURA TAQUILLAS : 18:30
APERTURA DE PUERTAS : 19:30
JONATHAN WILSON : 20:30 - 21:30
WILCO : 22:00

viernes, 28 de octubre de 2011

CRÍTICA : COLDPLAY - MYLO XYLOTO


PUNTUACIÓN (Sobre 10) - 5,6

La evolución disco a disco de Coldplay ha sido clara y no ha tratado de engañar a nadie, su cada vez más enorme popularidad y las constantes referencias de los medios musicales como los máximos candidatos a sustituir a U2 como la banda más "grande" del planeta lo constatan de manera tan fehaciente como el acercamiento a un pop cada vez más comercial de su sonido. Particularmente nos encantaron sus dos primeros trabajos, desde la preciosista emotividad de Parachutes, llena de facilidad para dar con la melodía perfecta , hasta la facilidad con que llenaron esas melodías preciosistas de una épica grandilocuente en A Rush Of Blood To The Head, un trabajo que para nosotros marcaba también un camino, gracias a hits inapelables como "Clocks" o "In My Place", por el que Coldplay podrían haberse convertido en una de las bandas de estadio más importantes del planeta (para muchos este ha sido siempre un grupo de radiofórmula). Su tercera entrega X&Y demostraba que no querían estancarse, y evolucionó hacía un sonido más recargado que a pesar de algún gran tema resultaba fallido y fue su anterior Viva La Vida Or Death And All His Friends el que continuando por el mismo camino los convirtió definitivamente en una banda de estadio, muchos de sus fans primerizos los abandonaron por buscar convertirse en un grupo de masas y aunque era cierto, no lo es menos que el álbum se mostraba como un acertado conjunto de pop luminoso destinado al gran público. Como decía a nosotros nos gustaban más los dos primeros discos y quizás sea por eso, que este Mylo Xyloto nos ha resultado confuso, pues hemos disfrutado de los temas más lentos donde Chris Martin y los suyos se acercan a sus inicios, pero nos han decepcionado completamente, salvando un par de honrosas excepciones, los temas movidos, más cercanos aquí que nunca al pop comercial, llenos de elementos de electrónica ligera y efectos de producción, pero faltos del talento para redondear las melodías emotivo-épicas que antaño entregaban.
Las canciones de Mylo Xyloto, once si descontamos los tres intrascendentes interludios, se dividen entre los temas más rápidos, que intentando seguir los pasos de su mayor hit "Viva La Vida", buscan la grandilocuencia de un pop tarareable y discotequero repleto de facilones "oooohh " para el gran público, y temas más pausados donde vuelven a buscar la emotividad que siempre les acompaño. De entre los primeros, los más acertados son "Charlie Brown" con su eufórico ritmo y sobre todo "Don't Let It Break Your Heart" tema de melodía luminosa hipercontagiosa con unas juguetonas guitarras, que nos recuerda casi al final del álbum, lo mejor de la cara comercial del grupo. Del resto solo podemos salvar algo "Hurts Like Heaven" por su intento de contagiar la misma euforia que las dos anteriores pero se hace muy pesada ya al inicio del álbum. Después, los tres adelantos "Paradise", aburridísima e hipercomercial, "Every Teardrop Is A Waterfall" pop bailón que por mucho que se engañen los fans no copia "I Go To Rio", pues Chris Martin confiesa que se le ocurrió al ver la escena de Biutiful donde suena "Ritmo De La Noche", y "Major/Minus" donde saquean de manera soporífera a los U2 etapa americana, caen a niveles donde nunca imaginamos que se arrastrarían, y aún queda lo peor, la colaboración con Rihanna, "Princess Of China", que al escucharla das por seguro que la ha escrito ella (pero no) y que ni siquiera un sampler de los inigualables Sigur Rós la salva de la más absoluta mediocridad pop comercial. Para la esperanza están, los dos temas que nos acercan a Parachutes, "Us Against The World" y "U.F.O." preciosidades que mezclan delicadas guitarras acústicas y eléctricas con la sensibilidad característica de Martin, más "Up In Flames" sencillo tema de ligera percusión electrónica y piano que sumados al falsete típico rinden a la perfección e incluso la final "Up With The Birds" que a pesar de esa estructura con cambio de ritmo hacia lo épico ya tan repetida se suma a esos momentos esperanzadores. Las cuatro muestran a los británicos que son capaces de emocionar y adquirir innumerables fans de manera sencilla sin caer en lo mas burdo del pop de radiofórmula.
Coldplay han decidido seguir el camino que emprendieron hace tiempo ya, aquí alejándose de Brian Eno (aclaremos que eso de Enosificacion, que aparece en los créditos, no será nada, si viene a ser parecido a lo que fue en el grandioso The Lamb Lies Down On Broadway de Genesis, que como aclaró Peter Gabriel no fue más que una pequeña colaboración remezclando algunas voces y guitarras una tarde que coincidieron en el estudio), para acercarse a un pop de corte bailable de comercialísima producción, que sin duda hará que sigan aumentando sus ventas, mientras pierden totalmente a los que vieron en ellos un grupo de referencia en la época post OK Computer. Y aún así no caeremos nosotros en eso que están haciendo muchos de arrastrar toda su carrera, pues tanto sus dos primeros trabajos, como esos cuatro temas lentos más el acertado arrasa-estadios que es "Don´t Let It Break Your Heart" demuestran el oportunismo falso de tirar por suelo toda su obra, pero lo cierto es que tampoco entendemos a algunos sitios y revistas musicales de moda que han criticado este Mylo Xyloto como uno de los mejores de su discografía, cuando es sin duda su peor álbum en conjunto.

viernes, 21 de octubre de 2011

CRÍTICA : RYAN ADAMS - ASHES AND FIRE


PUNTUACIÓN (sobre 10) - 7,0

Podríamos hacer un resumen rápido sobre el nuevo álbum de Ryan Adams respondiendo a dos sencillas preguntas, ¿es el mejor disco de los últimos años del de Jacksonville? y ¿esta al nivel de sus mejores trabajos?. Las respuestas son claras en ambos casos, a la primera pregunta un definitivo sí, a la segunda un rotundo no. Y es que este Ashes And Fire, recupera al Adams más centrado, el cantautor de raíces americanas de inigualable voz que recupera la esencia de grandes del genero como Bob Dylan o Gram Parsons, con temas sencillos de estremecedora belleza, pero a su vez no consigue llegar del todo a la frescura y perfección de los temas de su genial debut en solitario Heartbreaker, ni alcanza los mejores cortes de los algo inferiores, pero también sobresalientes Gold, Cold Roses y Jacksonville City Nights.
Empezando por la parte positiva del álbum, diremos que el americano vuelve de lleno a lo que mejor hace, y agarrado a su guitarra acústica compone un trabajo lento, dulce y sencillo, en solitario tras seis años acompañado por The Cardinals. El principio es contundente y directo, con la excelente "Dirty Rain" que nos adentra en una notable primera parte del álbum, con una vigorosa "Ashes And Fire" que nos deja con la simplemente excelente "Come Home", que nos deja claro que la colaboración de Norah Jones en el álbum será importante, en la casi desnuda "Rocks" parece pedir perdón por sus constantes delirios de grandeza, para rematar esta primera parte con la ligeramente mas movida "Do I Wait", de las mejores del lote, con importancia de los teclados obra de Benmont Tench, uno de los Heartbreakers de Tom Petty. La segunda parte del disco no mantiene el nivel tan constante, pero nos deja baladas country de alto nivel como "Save Me" o canciones algo más luminosas como la acertadísima "Lucky Now". Pasando a lo más negativo del álbum, aclarar que esa segunda parte no se mantiene constante porque faltan temas algo más vivos del nivel de "Do I Wait" y porque algún tema como "Invisible Riverside" cae en la monotonía. Además aclarar que la producción nos ha decepcionado un poco, sobre todo si tenemos en cuenta que recae sobre Glyn Johns (padre de su más habitual Ethan Johns) un clásico que además de haber trabajado con los Faces, los Beatles, Bob Dylan y otros grandes, tiene en su currículum ni más ni menos que haber trabajado con The Who en uno de los discos más grandes de todos los tiempos Who's Next. Quizá por eso esperábamos mucho, pero lo cierto es que la frescura y fuerza arrolladora que destilaban las bellísimas composiciones de Adams en las primeras producciones de su hijo Ethan, aquí no acaban de destacar, y en todo momento la instrumentación se mantiene dulce y blanda sin dejar explotar nunca ni la voz ni la guitarra de ese Adams que siempre quiso ser una figura del rock, y aunque eso le ha llevado muchas veces por caminos erróneos, cortarlo en seco hace que pierda una de sus señas de identidad. Por último, y puede que más por un gusto personal que otra cosa, falta aquí la harmónica insuperable de joyas como "Come Pick Me Up" o "Firecraker", de la que ya casi nunca se acuerda y que hubiera engrandecido varios temas.
Cuando publicamos a principio de año la crítica de III/IV su anterior cd, comentábamos que las mayores perdiciones que arrastra el americano son su mala cabeza y su incontinencia creativa sin ningún control, este acercamiento a sus inicios y su actitud algo mas calmada pueden hacernos creer en un principio de madurez que le hacia mucha falta y que ojalá, acabe en una mejor selección de sus esfuerzos a la hora de publicar. Comentábamos también que tras muchos años esperándolo, empezábamos a perder la confianza en que pudiéramos volver a ver al tipo que nos deslumbró con Heartbreaker, y aunque no es Ashes and Fire un paso definitivo, aunque le faltan momentos rotundos como las joyas antes citadas, supera sin problemas sus últimas referencias y lo coloca a la altura de lo mejor que hizo con Whiskeytown, y con eso nos basta para albergar de nuevo esperanza y para imaginarlo de nuevo acústica y harmónica en ristre dando de nuevo salida al inmenso talento que sabemos que guarda.

martes, 11 de octubre de 2011

CRÍTICA : THE DRUMS - PORTAMENTO


PUNTUACIÓN (sobre 10) - 6,5

Son sin duda The Drums uno de esos grupos que obtienen demasiado rápido un excesivo reconocimiento por parte de cierta prensa musical, curiosamente y debido en parte a eso, y a algún otro factor como la personalidad de su líder Jonathan Pierce, el descarado pastiche que es su música y el hecho de ser un grupo americano de pop británico, son también un grupo ideal para ser vapuleados por otra parte de la prensa musical. Como con la mayoría de estos grupos relámpago, el segundo álbum se convierte en el momento de mayor apogeo de las críticas de los que siempre se mostraron contrarios a la banda y el punto en el que muchos de los que los ensalzaron abandonan el barco. Como nosotros no solemos caer mucho del lado de este tipo de grupos, seguro suponíais que los pondríamos fatal, pero lo cierto es que este Portamento no tiene nada que envidiar a su debut (acaso algún hit tipo "Let's Go Surfing"), si bien como aquel no deja de ser un disco correcto con buenos momentos. No entendemos ni a los que se exceden en los halagos ni a los que se ceban en ponerlos a parir.
Lo cierto es que Portamento se diferencia mucho menos de The Drums de lo que pueda parecer, las influencias siguen claras y grandes del pop de los ochenta como The Smiths, The Cure o New Order siguen apareciendo por todas partes acompañados de espíritu playero juvenil. La única novedad es el cambio hacía un ritmo y un estilo más lento, oscuro y melancólico, alejándose de la luminosidad saltarina de su debut, en un casi ridículo intento de mostrarse mas personales y maduros. Pero lo cierto es que este cambio no hace perder de todo el espíritu juvenil y pegadizo de los temas más exitosos del anterior y aunque con menos dosis de adrenalina canciones como "The Book Of Revelation", "What You Were", "Money" o la final "How It Ended" conservan el gancho. Por otro lado esas nuevas connotaciones de pop más oscuro que a veces los hace fijarse, de manera blandita, en las bases rítmicas de grupos como Interpol (y aquí ya pasan a convertirse en un pastiche de pastiches) los muestra acertados por momentos y destacan temas como "I Don't Know How To Love" o "If He Likes It, Let Him Do It". El álbum transcurre sin grandes altibajos, aunque al igual que en su primer esfuerzo arrastra el gran defecto de la monotonía, provocada por la similitud de la mayoría de sus canciones, con los mismos ritmos de guitarra, y el mismo acompañamiento de las baterías y los teclados que demuestran una alarmante falta de recursos instrumentales que acarrean también en sus de momento flojos directos.
Terminamos aclarando en lo positivo que este segundo disco mantiene el aceptable nivel del primero, los pocos cambios no les han sentado mal y debería gustar a los que conquistaron entonces. Lo negativo es que la falta de recursos y personalidad musical que acusaban no ha mejorado y convierte en un más difícil todavía mantener su facilmente conseguido estatus con su próximo intento.