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viernes, 21 de octubre de 2011

CRÍTICA : RYAN ADAMS - ASHES AND FIRE


PUNTUACIÓN (sobre 10) - 7,0

Podríamos hacer un resumen rápido sobre el nuevo álbum de Ryan Adams respondiendo a dos sencillas preguntas, ¿es el mejor disco de los últimos años del de Jacksonville? y ¿esta al nivel de sus mejores trabajos?. Las respuestas son claras en ambos casos, a la primera pregunta un definitivo sí, a la segunda un rotundo no. Y es que este Ashes And Fire, recupera al Adams más centrado, el cantautor de raíces americanas de inigualable voz que recupera la esencia de grandes del genero como Bob Dylan o Gram Parsons, con temas sencillos de estremecedora belleza, pero a su vez no consigue llegar del todo a la frescura y perfección de los temas de su genial debut en solitario Heartbreaker, ni alcanza los mejores cortes de los algo inferiores, pero también sobresalientes Gold, Cold Roses y Jacksonville City Nights.
Empezando por la parte positiva del álbum, diremos que el americano vuelve de lleno a lo que mejor hace, y agarrado a su guitarra acústica compone un trabajo lento, dulce y sencillo, en solitario tras seis años acompañado por The Cardinals. El principio es contundente y directo, con la excelente "Dirty Rain" que nos adentra en una notable primera parte del álbum, con una vigorosa "Ashes And Fire" que nos deja con la simplemente excelente "Come Home", que nos deja claro que la colaboración de Norah Jones en el álbum será importante, en la casi desnuda "Rocks" parece pedir perdón por sus constantes delirios de grandeza, para rematar esta primera parte con la ligeramente mas movida "Do I Wait", de las mejores del lote, con importancia de los teclados obra de Benmont Tench, uno de los Heartbreakers de Tom Petty. La segunda parte del disco no mantiene el nivel tan constante, pero nos deja baladas country de alto nivel como "Save Me" o canciones algo más luminosas como la acertadísima "Lucky Now". Pasando a lo más negativo del álbum, aclarar que esa segunda parte no se mantiene constante porque faltan temas algo más vivos del nivel de "Do I Wait" y porque algún tema como "Invisible Riverside" cae en la monotonía. Además aclarar que la producción nos ha decepcionado un poco, sobre todo si tenemos en cuenta que recae sobre Glyn Johns (padre de su más habitual Ethan Johns) un clásico que además de haber trabajado con los Faces, los Beatles, Bob Dylan y otros grandes, tiene en su currículum ni más ni menos que haber trabajado con The Who en uno de los discos más grandes de todos los tiempos Who's Next. Quizá por eso esperábamos mucho, pero lo cierto es que la frescura y fuerza arrolladora que destilaban las bellísimas composiciones de Adams en las primeras producciones de su hijo Ethan, aquí no acaban de destacar, y en todo momento la instrumentación se mantiene dulce y blanda sin dejar explotar nunca ni la voz ni la guitarra de ese Adams que siempre quiso ser una figura del rock, y aunque eso le ha llevado muchas veces por caminos erróneos, cortarlo en seco hace que pierda una de sus señas de identidad. Por último, y puede que más por un gusto personal que otra cosa, falta aquí la harmónica insuperable de joyas como "Come Pick Me Up" o "Firecraker", de la que ya casi nunca se acuerda y que hubiera engrandecido varios temas.
Cuando publicamos a principio de año la crítica de III/IV su anterior cd, comentábamos que las mayores perdiciones que arrastra el americano son su mala cabeza y su incontinencia creativa sin ningún control, este acercamiento a sus inicios y su actitud algo mas calmada pueden hacernos creer en un principio de madurez que le hacia mucha falta y que ojalá, acabe en una mejor selección de sus esfuerzos a la hora de publicar. Comentábamos también que tras muchos años esperándolo, empezábamos a perder la confianza en que pudiéramos volver a ver al tipo que nos deslumbró con Heartbreaker, y aunque no es Ashes and Fire un paso definitivo, aunque le faltan momentos rotundos como las joyas antes citadas, supera sin problemas sus últimas referencias y lo coloca a la altura de lo mejor que hizo con Whiskeytown, y con eso nos basta para albergar de nuevo esperanza y para imaginarlo de nuevo acústica y harmónica en ristre dando de nuevo salida al inmenso talento que sabemos que guarda.

1 comentario:

  1. Buen aporte,
    Soy muy fiel seguidor de Ryan Adams. Quizás por eso no estoy de acuerdo en todo lo que dices, pero el tuyo me parece un buen punto de vista.
    A mi sí me parece uno de los mejores discos de RA, quizás sobre todo porque últimamente decepcioniaba un poco. El paso ha sido muy importante y no ha hecho más que confirmar de lo que es capaz. Una leyenda de la música americana sin duda. En fin, esperemos que decida mover el culo hasta algún concierto en España. De una puñetera vez.

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